Jesús anuncia por tercera vez su muerte
32 Se dirigían a Jerusalén y Jesús caminaba delante de los discípulos. Ellos estaban asombrados, y los que iban detrás tenían miedo. Jesús, llamando de nuevo aparte a los doce discípulos, comenzó a hablarles de lo que había de sucederle:
33 –Como veis, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros.o
34 Se burlarán de él, le escupirán, le golpearán y lo matarán; pero tres días después resucitará.p
Jesús responde a Santiago y Juan
35 Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:
–Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte.
36 Él les preguntó:
–¿Qué queréis que haga por vosotros?
37 Le dijeron:
–Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.q
38 Jesús les contestó:
–No sabéis lo que pedís. ¿Acaso podéis beber esa copa amarga que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir?r
39 Ellos contestaron:
–Podemos.
Jesús les dijo:
–Vosotros beberéis esa copa amarga y recibiréis el bautismo que yo voy a recibir,s
40 pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Les será dado a aquellos para quienes está preparado.
41 Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con Santiago y Juan.
42 Pero Jesús los llamó y les dijo:
–Sabéis que entre los paganos hay jefes que creen tener el derecho de gobernar con tiranía a sus súbditos, y sobre estos descargan los grandes el peso de su autoridad.
43 Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre vosotros, que sirva a los demás;
44 y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos.t
45 Porque tampoco el Hijo del hombre ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.u
|